Aboy
Ciudad como escenario urbano
La ruta de las siete Iglesias

Al hablar del habitar en la ciudad, nos referimos a las vivencias cotidianas, los usos del espacio, los recorridos y la relación del cuerpo con el entorno construido. Se trata de una experiencia urbana vivida desde lo corporal y lo sensorial en constante movimiento. Esta dimensión del habitar puede observarse, por ejemplo, en el desplazamiento peatonal a través de calles y plazas de gran escala, o en las secuencias espaciales que marcan el tránsito desde una calle angosta hasta la apertura escénica de una plaza monumental. Estos cambios espaciales generan una experiencia dinámica para el habitante.
Asimismo, el ritual y lo ceremonial, juegan un rol clave en la configuración del espacio urbano barroco, procesiones religiosas, peregrinaciones y festividades estructuran el uso de las calles y plazas, transformando la ciudad en un escenario de representación colectiva.
Los usos funcionales y simbólicos del espacio también reflejan cómo se habita la ciudad. las plazas se convierten en puntos de encuentro y sociabilidad, funcionando como lugares de reunión, mercado, ocio, y actos públicos. Las iglesias, por su parte, no solo organizan el espacio desde una dimensión espiritual, sino que también actúan como puntos de llegada visual marcando el recorrido urbano y ofreciendo referencias simbólicas y físicas al habitante

![plano[1]_edited.jpg](https://static.wixstatic.com/media/f40f8c_70632bd9ea204bc584cf64c46fb3638f~mv2.jpg/v1/fill/w_171,h_134,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/plano%5B1%5D_edited.jpg)
“.....espacio no nos referimos a una realidad objetiva, definida, con una estructura estable , sino a un concepto, es decir, a una idea que tiene un desarrollo histórico propio“( Argan, 1961, p13) Roma encarna precisamente esa idea de que el espacio es una construcción histórica: sus transformaciones urbanas a lo largo del tiempo —del Foro Republicano al Foro Imperial, de la Roma pagana a la cristiana, del trazado antiguo al barroco— muestran cómo cada época reinterpreta y reconfigura el espacio urbano según nuevas necesidades, ideologías y formas de habitar.En este sentido, el espacio urbano romano puede leerse como un lenguaje simbólico donde se manifiestan las tensiones entre el poder, la ciudadanía y lo sagrado, demostrando que lo urbano es también lo social, y que el espacio no es una estructura estática, sino una idea que se transforma con el tiempo.

Plaza Novana

Plaza del Popolo

Remate a San Pedro