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Conclusión

  En este trabajo hemos analizado cómo la ciudad de Roma despliega una estrategia visual integral, donde vías, templos, monumentos y plazas se articulan para organizar la experiencia del habitante. La perspectiva se convierte aquí en una herramienta de poder: no solo guía la mirada, sino que jerarquiza, ordena y dispone el espacio, condicionando la forma en que se recorre y se percibe la ciudad. En este contexto, la planificación urbana cobra un sentido estratégico: así como el Papa Sixto V, en el marco de la Contrarreforma, trazó un sistema de vías rectas para conectar las principales basílicas y facilitar el recorrido de los peregrinos, esta plaza icónica condensa simbólicamente ese recorrido, generando en un mismo lugar una experiencia visual y espiritual. La Basílica de San Pedro la entendemos como una Roma en miniatura: su eje longitudinal conduce al altar representando estas vías que rematan en importantes templos. A su vez, la plaza elíptica que la rodea guía la mirada del visitante hacia la basílica, estableciendo una poderosa relación entre interior y exterior que encarna los principios de la arquitectura barroca. Esta organización no solo responde a criterios estéticos, sino también a una intencionalidad ideológica: reafirmar el poder de la Iglesia mediante la búsqueda de una emocionalidad que se vuelve significativa en el concilio de trento.

Hemos abordado la ciudad no solo como una forma física ni como un conjunto de edificaciones, sino como un espacio donde se materializan relaciones de poder, modos de habitar y sentidos simbólicos. La comparación entre el modelo urbano del Imperio Romano y la Roma barroca de Sixto V nos permitió reconocer cómo distintas formas de autoridad —el emperador y el papa— transformaron no solo la organización territorial, sino también la experiencia de quienes habitaban la ciudad. En ambos casos, la arquitectura y el trazado urbano funcionaron como instrumentos de control, representación y expresión ideológica aunque desde lógicas diferentes, una más racional y estatal; la otra mas espiritual y escenográfica. Este control se reflejaba en la organización de la ciudad y en las estrategias utilizadas para destacar el poder, Desde el trazado ortogonal y los ejes urbanos, que marcaban recorridos intencionados hacia puntos simbólicos siguiendo una dirección, hasta la ubicación de los monumentos y foros en relación al espacio público, todo respondía a un diseño que reforzaba la jerarquía y el dominio sobre el entorno. A través del mosaico, fuimos revelando como el poder deja huellas en el espacio, pero también como esas huellas son vividas, recorridas y resignificadas para quienes la habitan

  Aún hoy, la manera en que se organiza y se vive la ciudad sigue siendo reflejada por las estructuras de poder que la modelan. Las visuales, el espacio público, permanecen como herramientas para construir una identidad y marcar jerarquías. En la ciudad Buenos Aires, surgen espacios públicos emblemáticos donde las calles y las visuales rematan y fortalecen estos lugares, por ejemplo, la Plaza de Mayo, el Parque Centenario, La Catedral Metropolitana de Bs As, entre otros. Así como encontramos que en Roma, la arquitectura y el urbanismo no solo modelan el territorio sino que proponen un recorrido, generan sensaciones y fomentan una identidad propia de cada ciudadano, o como en Roma los peregrinos. Ambas ciudades fueron pensadas para enmarcar hitos urbanos, conducir la mirada y delimitar jerarquías espaciales. Podemos decir entonces, que comprenden que el espacio urbano es relato, es símbolo y es forma de habitar.

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Plaza de Mayo

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Plaza de San Pedro

  Con esta reflexión, nos planteamos: ¿Puede el diseño y las visuales del espacio urbano seguir funcionando hoy como una herramienta simbólica como lo fue en la Roma barroca? ¿Qué nos dice el uso y la organización de los espacios centrales —ayer en la Roma barroca, hoy en Buenos Aires— sobre cómo una ciudad construye identidad, ejerce poder y promueve o limita la participación colectiva? ¿Es acorde comparar el plan urbano que propuso el papa Sixto V con el plan que Rivadavia tenia de ordenar Bs As políticamente?

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